martes, 28 de febrero de 2012

Calasanz 69 - Burriana 55

Óscar Griñó anotando contra el Calasanz en el partido jugado en Burrian


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Desde que Aíto García Reneses dijo aquello de: “haz veinte personales y te pitarán veinte, y haz cincuenta y te pitarán veinte también” hay un antes y un después en el baloncesto. Y a esto se acogen equipos como el Calasanz, que basándose en una defensa presionante a todo el campo, muy trabajada eso sí, que busca en todo momento los dos contra uno, y que efectúa contactos continuamente al jugador con balón, consiguen con la permisividad arbitral romper los partidos a base de robos y canastas fáciles, amén de “sacar de las casillas” al rival. Y todo eso permitido por unos árbitros que acogiéndose al ya famoso “sigan sigan” dejan repartir estopa a diestro y siniestro. Y digo esto porque esos mismos árbitros que son así de permisivos durante una gran parte del partido, cuando llegan el último cuarto en el que todo está mas que decidido, comienzan a pitar como personales todas aquellas acciones que antes eran de “sigan sigan” y hacen llegar al equipo en cuestión al bonus en tres minutos cuando en los tres anteriores cuartos o no han llegado o lo han hecho durante el último minuto. Eso sí, no protestes las acciones rivales, manotazos, empujones y exceso de agresividad rival que lo único que te encuentras es con técnicas en tu casillero.
Dicho esto y reafirmándome en todo ello, también tengo que decir, que pese al primer cuarto sufrido por nosotros por todo lo comentado, no hay excusa posible para que un equipo de Autonómica no sea capaz de anotar ni un solo punto en un cuarto (naturalmente no llegamos a lanzar ningún tiro libre en este periodo). Antes de comenzar el partido habíamos advertido que el Calasanz pone un ritmo fortísimo en los primeros cuarto, y que lo que sucediese en ese primer cuarto iba a ser clave para el resto del partido; incluso hablamos de forzar todas las faltas tácticas que fuesen necesarias para cortar el ritmo al rival e impedir su velocidad de crucero. Resultado de todo ello: dos faltas de equipo durante el cuarto, defensa blanda y amedrantamiento en ataque ante la agresividad rival que hizo que perdiésemos multitud de balones. Resultado del primer cuarto para la historia negra del equipo: 18-0
Como en el segundo cuarto no se podía hacer peor, estabilizamos nuestro juego, nos metimos en el partido y comenzamos a jugar algo mejor, y de la mano de Óscar Griñó que se tiró el equipo encima a nivel ofensivo, y a la aportación en la dirección del junior Ramón Dosdá, fuimos capaces de hacer un tanteo más acorde al partido 19-16, que dejaba el resultado en la media parte 37-16. No sin antes haber recibido en mi persona una técnica del árbitro auxiliar (que por cierto se autoproclamó principal con sus acciones) al reclamar como antideportiva una falta hecha a Stefan cuando se levantaba solo debajo de la canasta y recibía un agarrón en el brazo que lo desequilibraba en el aire.
Durante el tercer cuarto jugamos insistiendo en los balones interiores y ahí con Carlos y Quique conseguimos anotar con fluidez, pese a que la exhibición arbitral seguía idéntica y Carlos López recibía una técnica por protestar, harto de que cada vez que cogía un balón cerca de la canasta se le colgasen varios jugadores de los brazos. Resultado del cuarto: 15-17 a nuestro favor, y resultado total 52-33
Y llegó el último cuarto, y ahí es donde se ve claramente lo que he comentado al principio. Si una falta personal es, lo es igual en el minuto 1 que en el 35, pero no, aquí llega lo que se denomina coloquialmente “maquillar el acta”, donde a un equipo que en tres cuartos le he pitado 14 faltas personales (4,67 por cuarto) voy y le pito en este último cuarto 12 faltas, por acciones idénticas a las que no he sancionado durante todo el partido, y es que resulta mucho más fácil hacer eso cuando el partido está ya totalmente decidido (19 abajo), y así, cuando miremos el acta ver que han sido ecuánimes. En este último periodo lanzamos 17 tiros libres merced a lo comentado, y como a esas alturas de partido ya habíamos cogido nuestro ritmo y salíamos mucho mejor de su presión, pues nos llevó a ganarlo también por 22-17 y así llegar a una diferencia final en contra de 14 puntos: 69-55 (recordemos el parcial del primer cuarto)
Pese a que lo del arbitraje lo siento tal y como lo he descrito, no debemos esconder nuestras carencias en ello. Es cierto que también acudimos con cinco bajas (todas ellas de hombres interiores, los dos Jordi, Ángel, Juan y Sergio), pero lo menos que se nos puede pedir a los que acudamos a los partidos, es que seamos competitivos y nos dejemos la piel en el campo, y desgraciadamente en el primer cuarto no lo hicimos, y casualidades de la vida, lo dicho antes de empezar de que iba a ser decisivo el primer cuarto, se cumplió.
Anotadores: Óscar Albarrán (5 puntos en 26 minutos), Nacho Heredia (2 p. en 17 m.), Héctor Dolz (4 p. en 17 m.), Carlos López (12 p. en 30 m.) y Stefan Radulescu (0 p. en 27 m.) -cinco inicial- Lucas Jiménez (0 p. en 23 m.), Quique Calduch (4 p. en 18 m.), Óscar Griñó (19 p. en 28 m.) y Ramón Dosdá Jr. (9 p. en 14 m.)

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