jueves, 1 de octubre de 2009

8,95 m., el récord de los récords


El 30 de agosto de 1991 está escrito con letras de oro en la historia del atletismo mundial. Se disputaba la final de salto de longitud del III Campeonato del Mundo de Atletismo en Tokio, cuando en el foso de saltos el gran Carl Lewis (1961), en su cuarto intento, batía por un centímetro (8,91 m.) el antiguo récord de Bob Beamon (1946) logrado en la Olimpiada de México 68. (con un viento a favor de 2,90 m/seg. que le habría dado la victoria pero no el récord por exceso de viento). Como rival mas importante se encontraba Mike Powell (1963), que hasta ese momento nunca había batido a su rival en los 15 enfrentamientos directos que habían disputado; pero en su quinto intento, Mike se fue hasta los 8,95 m. batiendo esta vez de manera oficial la vetusta marca de Beamon. Posiblemente fue la derrota mas dulce de la carrera de "King" Carl (al que dedicaré una entrada como se merece) puesto que todos los saltos que realizó, excepto naturalmente el del récord, fueron superiores a los de Powell, que se llevó el oro con el mencionado salto. El podio lo completó Larry Myricks (1956) con 8,42 m. completando así un podio totalmente estadounidense. Ese día, 23 años después se batió el récord que nunca se iba a batir, actualmente, 18 años mas tarde no ha habido nadie que haya conseguido batir esa gesta. Estamos pues ante EL RÉCORD DE LOS RÉCORDS


No hay comentarios:

Publicar un comentario